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El Colegio Luterano Concordia pertenece a la Iglesia Evangélica Luterana Argentina. Creemos que podemos ser útiles en la sociedad brindando formación y educación con principios cristianos.
Sostenemos que somos creación de Dios en cuerpo, espíritu y alma (1ª Tesalonicenses 5:23) y deseamos también desde la capellanía brindar herramientas para que podamos saber y celebrar Su presencia y bendición en nuestras vidas.

Nos regimos con los siguientes principios teológicos:

  1. Hay un solo Dios personal, trino pero con una sola esencia divina (Padre – Hijo – Espíritu Santo). Dios reveló su gloria y su poder en las obras de la creación. También colocó su Ley en los corazones de los hombres, de modo que todos lo puedan conocer como un Dios Santo y justo, que exige y recompensa el bien y condena y castiga el mal.
  2. La única norma correcta del conocimiento religioso y de la verdad, es la Biblia (porque el conocimiento natural es bastante imperfecto); las Sagradas Escrituras son la revelación inspirada por El mismo, de sus planes y voluntad; de sus relaciones con su pueblo y con el mundo. La Teología luterana sostiene que solamente por el Evangelio (el Mensaje del plan divino de la salvación en Cristo) alguien puede conocer verdaderamente a Dios.
  3. Dios creó todas las cosas, incluso al hombre, y “vio que era bueno” (perfecto)
  4. De acuerdo a la Biblia el hombre fue modelado por Dios y hecho una criatura viviente… un ser consistente en cuerpo y alma.
  5. El hombre creado a imagen y semejanza de Dios. Según este estado perfecto, era santo e inmortal.
  6. Por causa del pecado de la desobediencia, el hombre perdió esa condición. Ahora es corrupto, ciego y sin ninguna comunión con Dios y en plena enemistad con El.
  7. Dios por amor, providenció un medio de reconciliación… Una forma de restituir al hombre la paz y la vida con El; esto ocurre por la gracia y el perdón de Dios. El costo de la redención humana implicó la expiación vicaria de Cristo Jesús, quien viviendo una vida perfecta y muriendo en la cruz como sustituto del hombre, logra efectos arriba citados (Evangelio).
  8. El foco de esta auto-revelación de Dios debe ser hallado en Cristo, la corporización del Evangelio.
  9. La Teología Luterana proclama la doctrina bíblica de la justificación (el hombre tiene perdón y paz con Dios) en virtud de lo realizado por Cristo a favor de él. Estos beneficios (aún siendo ya obtenidos por Cristo) deben ser apropiados por cada uno en forma individual. Por lo tanto, la salvación desde el punto de vista de Dios ya está completada, pero desde el punto de vista de la adquisición, esta debe ser apropiada por el hombre.
  10. Para esto es necesaria la FE; y por Fe se entiende Confianza en Cristo como el Divino Salvador del pecado. Creemos, enseñamos y confesamos que solamente la Fe es el instrumento por el cual aprehendemos a Cristo.
  11. Pero es imposible para un hombre en estado inconverso, creer en el Evangelio y poner su confianza en Cristo. El intelecto y la voluntad humana no son capaces de accionar la Fe; se necesita Un Poder para lograr la transformación del corazón y la mente del hombre y obtenga la Fe salvadora. Este poder es el Espíritu Santo que opera en y a través de la Palabra de Dios, produciendo arrepentimiento por un lado, y Fe en Cristo por otro.
  12. Cuando una persona siente remordimiento por sus pecados y pone su confianza en Cristo como Aquel que lo salva, esta tiene un nuevo nacimiento en lo espiritual este comienzo no depende de un sentimental momento de decisión, ni de una determinada moral, sino de la dependencia en Jesucristo, su camino de Salvación.
  13. Esta regeneración suscita también una renovación general (santificación). Ya es un Hijo de Dios y comienza a restaurarse en él la imagen de Dios FE genuina en Cristo es una “Fe que actúa por el amor” (Gálatas 5:6)
  14. Esta renovación de la imagen de Dios en el corazón del hombre tiene lugar dentro de ellos en una naturaleza corrupta. Por eso el proceso de crecer en la Gracia, el despojarse del viejo hombre y el revestirse del nuevo, es una lucha continua…dura toda la vida. Por lo tanto la santificación se verá siempre como una tarea inconclusa, o mejor, como una meta permanente de la vida cristiana! Hasta obtener el destino último de los creyentes – la bienaventuranza eterna – La restauración total de la imagen divina – Un cuerpo nuevo, un mundo nuevo, una vida nueva.
  15. Todos aquellos que creen en el Evangelio y confían en Cristo, que los libre del pecado y de sus consecuencias, son llamados ¨EL CUERPO DE CRISTO¨: La Iglesia de la cual EL es la cabeza – Hasta el regreso del Señor Jesucristo, esta comunidad de Fe tiene algo que llevar a cabo – mencionamos en el Culto, el Testimonio, la Enseñanza, la Predicación y la práctica del amor cristiano, o sea, la COMUNION!

Todo fin educacional cristiano depende primordialmente de Dios, pues tanto la fe como la santificación son operaciones del Espíritu Santo. Pero, también los fines fundamentales son dependientes de las actividades educacionales de la Iglesia de Dios en el Mundo; a Dios le pareció bien realizar SUS objetivos a través de SU Palabra – Y esto reclama un proceso educacional en el cual los propósitos de Dios son los objetivos educacionales –

Hay un consenso general en que el propósito fundamental de Dios en todo lo que hace se concreta en la restauración de los creyentes. La gran comisión de nuestro Señor (San Mateo 28) es muestra de ello: en donde el gran objetivo es hacer discípulos, y los medios son el bautismo y la enseñanza. Más tarde Pablo también indica una meta general complementaria ¨el hombre de Dios (habilitado) para toda obra buena…( II Tim. 3; 13-17) Es decir, formar por medio de la Educación Cristiana, un Nuevo Hombre en Cristo!

Viviendo la educación como un factor de cambio social y conciencia crítica de la realidad, uno se pregunta: ¿Cómo asume esto el luteranismo? Es indirectamente, es decir por los efectos que su enseñanza produce. Su teología no induce al hombre a buscar egoístamente una salvación a través de las obras, ya que es ofrecida gratuitamente por la gracia/regalo de Dios en Cristo; y entonces el cristiano está libre de legalismos. Así, transformado por el Espíritu Santo, practica obras de amor (ética), cumple los mandamientos en función Dios y del hombre: su prójimo.

En segundo lugar, el trabajo es visto como una vocación divina; algo digno por el cual el cristianismo debe entregarse.

En tercer lugar, la doctrina del sacerdocio universal de los creyentes con que se desempeña una congregación, educa al pueblo para la democracia.

En cuarto lugar, la distinción entre Iglesia y Estado lleva a una visión positiva del Estado como poder establecido por Dios, con deberes para con los ciudadanos.

En quinto lugar, la lectura de la Biblia hizo y hace la erradicación del analfabetismo. La primer cartilla de alfabetización fue el Nuevo Testamento traducido por Lutero.